Jugar es desde tiempos inmemoriales una actividad presente en nuestras sociedades. Los juguetes siempre han ido de la mano de la infancia aunque muchas veces se extienden a los adultos por la necesidad de evadirse de las responsabilidades del día a día. Como empresa mayorista de miniaturas de metal lo sabemos bien y por eso nos afanamos en nutrir nuestro catálogo de las mejores propuestas. La cuestión es cómo han evolucionado los juguetes a lo largo de la historia. Ahora lo vemos.

No se puede negar que muchos de estos objetos se han convertido en piezas de coleccionista. Piezas emblemáticas como el caballito mecedor, los juegos de trenes o las míticas Barbies. Pero, para encontrar el germen de lo que hoy entendemos por “juguete”, tenemos que irnos a la Prehistoria. Allí ya se usaban elementos de la naturaleza como conchas, palos o piedras para fabricar juguetes. Los hallazgos arqueológicos sitúan los primeros en Mesopotamia. Los niños babilonios utilizaban tabas, huesos de animal, para jugar. Se han encontrado sonajeros y pequeños barcos. Incluso en algunos yacimientos íberos se han encontrado primitivos tableros para juegos de mesa infantiles.

Después, en el antiguo Egipto, los niños usaban canicas o corrían detrás de pelotas hechas con juncos. En el año 1000 A.C., en China, se  hacían vola cometas o “papalotes” y en el año 600 A.C. apareció en la India el Chaturanga, precursor de nuestro ajedrez actual.

Durante el Imperio Romano eran habituales los yoyós, las peonzas y las muñecas fabricadas en barro, marfil, hueso o madera. Estas últimas fueron evolucionando. En la Edad Media se introdujo el vidrio y en el Renacimiento se les añadieron joyas y vestidos de lujosos brocados.

La electricidad llega al mundo del juguete

A principios del siglo XX se introdujo la electricidad en los juguetes con el primer tren eléctrico. Después, el nacimiento del automóvil hizo que apareciesen pequeños coches de metal a escala, precursores de los que tenemos en Toinsa.

No obstante, el punto de inflexión en el sector juguetero llegó en la segunda mitad del siglo XX. En 1948, se usó el plástico por primera vez para fabricar una muñeca. Esto permitió aumentar la producción y abaratar los precios. Además, empezaron a popularizarse dejando de estar solo al alcance de las clases adineradas. Desde entonces, el juguete no ha hecho más que evolucionar. De todos modos, los videojuegos y realidad virtual de hoy día siguen conviviendo en muchos casos con los juguetes clásicos que tienen un valor incontestable.